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Hoy en día, se cuentan con los dedos de una mano quien puede planchar las cofias
y sobre todo los cuellos de los
trajes del Aven. Maryse Greval es una de estas raras orfebres
; a las que buen nombre de grupos de música y danza célticos de Bretagne, de France,
territorios de Ultramar y a veces incluso del extranjero (¡Marruecos
por ejemplo !) le confían el cuidado meticuloso de preparar
este complemento fundamental del traje bretón.
(Fotos : museo de lavado y
del planchado - 03500 Verneuil en Bourbonnais)
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En la base de este trabajo de artista, hay primero la
recogida de las varas de fetuca, que se hace en un momento
preciso, en lugares bien determinados (región
de Scaer sobre todo). Estas varas de más de un metro de largo
son a continuación cuidadosamente almacenadas en un lugar seco y van a
esperar dos años más o menos antes de poder utilizarlos. |
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(crédit photo : musée du
lavage et du repassage - 03500 Verneuil en Bourbonnais) |
La primera fase del planchado consiste en
almidonar el tejido a partir de una preparación que cada uno
realiza en el secreto de su casa y cuyos únicos ingredientes
son conocidos (parafina, almidón de maiz, de trigo; o de arroz,
azulete). Después de una noche de impregnación, el cuello
del Aven que contiene entre 250 et 300 pliegues puede recibir los tubos
cónicos de las varas (una bajo el pliegue, la otra encima). Es la
fase de 'paillage'. Habrá que instalar un promedio de 500 a 600
varas para preparar una hechura perfecta de pliegues del cuello. De
deux a 7 horas de trabajo son necesarias para esto,
en función de la tamaño del cuello. La inserción de las varas se hace con
ayuda de una aguja de tejer. |
Es necesario luego realizar el planchado apretado.
La plancha está recouvierta de cera de abeja para eviter que
ne se pegue al almidón. Hay que cuidar también
que no haya un grado importante de humedad en el aire (entorno a
60 % ) sin esto aparecen indeseables irisaciones
en el tejido y es cuando el conjunto del trabajo continúa
después del lavado. El planchado se hace a seco, sin
vapor. . Una vez los pliegues realizados, les toca a los bordes y
a los bordados.
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(crédit photo : musée du
lavage et du repassage - 03500 Verneuil en Bourbonnais) |
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La noche siguiente, al amanecer, el cuello se deja
fuera para aprovechar plenamente el rocío de la mañana y recibir
el grado de humedad necesario para la preparación
del torneado. En cas de tiempo seco, se recurre al vapor de agua.
El 'torneado' puede
entonces comenzar. Delicada y lentamente la forma en curva
del cuello se va realizando. En este gesto se percibe
la maestría del gesto del planchador. Un gesto excesivo
o inapropiado y hay que comenzar de cero, ¡desde el almidonado! |
Maryse Gréval es accesible por correo electrónico y desea
que las planchadoras y planchadores de cofias y cuellos puedan
conocerse para que no se pierda esta tradición. Breizhnet
está aquí para ayudar en este proyecto. Para que no se pierda
un aspecto esencial del patrimonio bretón. Podéis
contactarla para toda información complementaria
(marysegreval@aol.com
o por teléfono : 00 33 2 98 94 78 00) |
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